dilluns, 20 de juliol del 2009

El placer de apreciar el presente

Cuando preparamos una fiesta, un evento, un viaje, una cena, una cita,.. preveemos de alguna manera como será. Una cosa es realizar los preparativos logísticos, escoger el restaurante, preparar las copas, preveer la camisa que nos pondremos..y otra cosa muy distinta es imaginar qué sucederá en determinada ocasión futura.

En algunas ocasiones recordamos el pasado - reviviéndolo de alguna manera -, o intentamos adivinar como transcurrirá un determinado viaje en ciernes.

Cierto que el paso del tiempo es un tema apasionante y que tiene al ser humano no sólo ocupado, sino incluso preocupado y hasta fascinado (dependerá del prisma). Pero no es justo para uno mismo negar el valor del tiempo. Si imagino como será un determinado espectáculo (por ejemplo), estoy anticipando y viviendo de alguna manera dicho evento. Lo estoy disfrutando o padeciendo, impidiendo el efecto sorpresa o el simple hecho de realizarlo cuando ocurra, pues llegaré con un montón de miedos o expectativas que distorsionan el hecho real. Es una forma de vivir el hecho, también es cierto.

Si por el contrario, echamos la vista atrás y recordamos situaciones pasadas, reviviéndolas de nuevo, el paso del tiempo e infinidad de circunstancias adulteran de muchas maneras la realidad vivida.

De un tiempo a esta parte estoy gozando como un enano del presente, y no tan sólo de forma hedonista (que ya de por sí lo vale!), sino intentando darle un carácter cognitivo que aporte valor al momento. Un valor de aprehensión, de comprehensión de un momento sin dimesión temporal.

Los que me conocen dicen que soy un "cul inquiet" (expresión que quiere definir a alguien que siempre está haciendo alguna actividad, y a quien le cuesta estar sin hacer nada). Pues bien!, este fin de semana he conseguido mis momentos nirvana (por llamarlos de alguna manera descriptiva).

Mi primer estado pleno de este fin de semana ocurrió el sábado al mediodía. La todavía fuerte tramuntana desaconsejó salir del puerto, animándonos a pacer horizontalmente en la bella playa de Colera. La fórmula del baño, más la inmediata posición posterior decúbito supino, y la permanente brisa marina..produjeron en mí un estado de dolce farniente como pocas veces recuerdo!. No sabía donde estaba y obvié por supuesto cualquier dimensión temporal. Sí era consciente de que estaba gozando de la situación, del momento!. apreciando el placer que me embriagaba (y juro que no estaba bajo los efectos de ningún estimulante..ni alcohol, ni drogas!!).

Bromas aparte, la situación descrita define mi momento de gloria hedonista!..el placer por el placer!. Le había prometido a Sílvia que durante el fin de semana intentaría no hacer nada, que en mi caso es hacer ya mucho!, obligándome a una disciplina represiva elevada para evitar así cualquier actividad física y mental meritoria!.

Mi segundo momento de gloria coincidió con la magia creada por el festival de fuegos artificiales que se organizaron en LLançà para cerrar las Festes del Carme (patrona de la mar, de navegantes y pescadores). Aún teniéndolo tan cerca nunca antes había disfrutado con el afamado despliegue pirotécnico que la población vecina organiza cada año. Las condiciones metereológicas nos permitieron por la noche acercarnos por mar hasta Llançà, y una vez fondeados cerca de la playa junto con otras embarcaciones, gozar desde una butaca privilegiada de un espectáculo maravilloso!.

La antigua Illa del Castellar era la plataforma perfecta desde donde se dibujó un cielo lleno de estrellas mágicas!. La imagen iluminada de las embarcaciones creó un ambiente de gran belleza. Mirar el cielo, ver la cara de inmensa felicidad de Sílvia..volvió a llenarme de placer pleno!. Una noche que se alargó hasta que sin querer miré el reloj para devolverme la dimensión humana..eran las 3 de la mañana y los fuegos habían acabado a las 12:20!!. El placer de esos momentos los viví entonces..y ya no me lo quita nadie!!.

Para el próximo año nos hemos prometido verlo con los niños!! (y no estoy intentando imaginar como será entonces..o quizás sí!!).

PS: Nueva foto más 2 vídeos insertados el 24 de julio.

dimecres, 8 de juliol del 2009

René Barbier y vertical de Clos Manyetes

Cuando a mediados de abril recibí el "newsletter" mensual de Monvínic no dudé ni un instante en aputarme a la anunciada vertical de Clos Manyetes del martes 2 de junio. Un viaje desde el primer Manyetes de 1999 hasta el reciente 2007.

René Barbier (RB en adelante), el padre de las criaturas, dirigió con pasión esta cata. RB es más conocido por su Clos Mogador, aunque me atrevo a decir que le tiene un cariño muy especial a su entrañable Clos Manyetes.

Dentro de Gratallops hay un lugar denominado Manyetes (el nombre está registrado por RB). Posiblemente cuando salga este post ya se habrá aprobado la categoría "ví de poble" (en contraposición a las reseñas "reserva", "crianza", "gran reserva", "vino joven",..que poco o nulo valor aportan a las propiedades de un vino, salvo el hecho del período de su estancia en madera y/o vidrio). Así pues Manyetes abre este nuevo tipo de denominaciones ("ví de poble") que está abierta para todo el territorio catalán.

Luc Van Isegem (aparece también como Izzeghem, Iseghem, ó Isegham) era el propietario de Clos Manyetes, y falleció el año 2000. A partir de entonces RB adquiere Clos Manyetes, si bien ya era el enólogo desde su primera añada. Las palabras de RB durante la sesión del 2 de junio me recordaron las de Thomas Jefferson, que fue embajador de los Estados Unidos en Francia y pionero en intentar realizar una de las primeras clasificaciones del viñedo de Burdeos a finales del XVIII, quien decía que "para elaborar un gran vino es imprescindible suelo pobre, poca fertilización y viñedo viejo".

Las dos primeras añadas de Clos Manyetes tenían poca aportación de Cariñena, pues el 60% de las viñas tenían sólo 6 ó 7 años, por lo que la cariñena no podía ser de gran calidad. Al coger las riendas RB en el año 2000, se incorpora un "coster" de cariñena de entre 50 y 60 años.

La particularidad del Clos Manyetes es su pureza, el frescor de su delicada fruta. Si el Priorat es de por sí una tierra muy desequilibrada, pobre y seca, Manyetes representa el exponente más extremo de dichas características. Es un tierra con alta concentración de fósforo, alta mineralidad, donde las plantas crecen con mucha dificultad. Así pues, la columna vertebral de estos vinos es su mineralidad, un poco de fruta de gran pureza, y muchas notas especiadas. "El Clos Manyetes es licorella en polvo, el exponente de un territorio, y hay pocos lugares como este", en palabras de RB. Sus vinos así lo demuestran.

Pasemos ya a los vinos. A este viaje único que nunca se había realizado antes, cual es una vertical desde su origen en 1999 hasta el Clos Manyetes (CM en adelante) del 2007.

Al principio se utilizan barricas nuevas de 500 litros. El CM del '99 parece algo evolucionado inicialmente. Alta volatilidad. Sin embargo encontramos mucha fruta, fresa. La garnacha domina claramente (su base es la garnacha joven). Al poco tiempo sale regaliz, balsámicos. Dejo la copa para más tarde, pues se está sirviendo el 2000, y el '99 lo encuentro al cabo de 10 minutos muy interesante. El CM del 2000 no es tan especiado como el '99, más láctico, y está claramente más evolucionado que el anterior. Lleva algo más de Cariñena este año. Nos cuenta RB que el año 2000 es el de la muerte del pripietario de CM, y que se encontraron numerosas cajas de vino en la vivienda de Luc Van Isegem, con lo que las condiciones de guarda de esta añada han dejado mucho que desear, encontrándonos pues con un vino bastante castigado.

El CM 2001 lleva ya un 70% de Cariñena. Vino muy expresivo y voluptuoso, potente. Puede decirse que 8 años después está empezando a despertar. El 2002 y el 2003 fueron años complejos en el Priorat. El CM 2002 es un vino más nórdico (por decirlo de alguna manera). Es un vino de buena guarda y siempre agradable. Parece mejorar con el tiempo. Es un vino franco, sin aristas, e insisto, muy agradable. El CM 2003 se carateriza por cierta falta de "punch", de fuerza, de energía. A pesar de que siempre decimos que el 2003 fue una añada muy cálida, se trata de una climatología normal en el Priorat. RB toma el ejemplo del CM 2003 como paradigma de la expresión total de la tierra y su clima (como también lo hacen de forma telegráfica el resto de CM). De alguna manera el viticultor se la juega cada año. RB defiende como nadie el terroir, en contraposición al vino de autor. No se considera un enólogo, sino un viticultor, un "vinyater" que cuida sus cepas. A partir del 2003 el CM se cría en un 40% en barricas nuevas (recordemos que antes era el 100%). El objetivo es suavizar los taninos. El CM 2003, con una climatología tan dura, es la expresión exagerada de Clos Manyetes.

Si bien el Clos Mogador requiere decantación para poder expresarse, el Clos Manyetes necesita espera en copa (y no decantación).

CM 2004 se encuentra bastante cerrado en estos momentos. En boca es impresionante, muy generoso, muy fresco y opulente a la vez. El CM del 2005 tiene una elevada acidez, mucha estructura, y se antoja como un vino de gran guarda. En nariz es apoteósico!.

CM 2006 y 2007 están todavía muy marcados por una fruta muy franca, frambuesa.

En difinitiva, y retomando palabras de RB, el Priorat es una zona de vinos que se cierran en un momento de su vida para despertarse más adelante y hacerse muy grandes.

Memorable viaje el realizado con RB y sus vinos. Personalmente me quedo con el CM 1999 (en un momento óptimo de consumo ahora). La nariz del CM 2005 enamora en todos los sentidos, y es un vino con mucha vida por delante. El CM del 2004 posee una boca impactante, llena!. Y el CM 2001 seguramente llegará a ser un vino memorable, el cual está apenas empezando a expresarse.