En algunas ocasiones recordamos el pasado - reviviéndolo de alguna manera -, o intentamos adivinar como transcurrirá un determinado viaje en ciernes.
Cierto que el paso del tiempo es un tema apasionante y que tiene al ser humano no sólo ocupado, sino incluso preocupado y hasta fascinado (dependerá del prisma). Pero no es justo para uno mismo negar el valor del tiempo. Si imagino como será un determinado espectáculo (por ejemplo), estoy anticipando y viviendo de alguna manera dicho evento. Lo estoy disfrutando o padeciendo, impidiendo el efecto sorpresa o el simple hecho de realizarlo cuando ocurra, pues llegaré con un montón de miedos o expectativas que distorsionan el hecho real. Es una forma de vivir el hecho, también es cierto.
Si por el contrario, echamos la vista atrás y recordamos situaciones pasadas, reviviéndolas de nuevo, el paso del tiempo e infinidad de circunstancias adulteran de muchas maneras la realidad vivida.
De un tiempo a esta parte estoy gozando como un enano del presente, y no tan sólo de forma hedonista (que ya de por sí lo vale!), sino intentando darle un carácter cognitivo que aporte valor al momento. Un valor de aprehensión, de comprehensión de un momento sin dimesión temporal.
Los que me conocen dicen que soy un "cul inquiet" (expresión que quiere definir a alguien que siempre está haciendo alguna actividad, y a quien le cuesta estar sin hacer nada). Pues bien!, este fin de semana he conseguido mis momentos nirvana (por llamarlos de alguna manera descriptiva).
Mi primer estado pleno de este fin de semana ocurrió el sábado al mediodía. La todavía fuerte tramuntana desaconsejó salir del puerto, animándonos a pacer horizontalmente en la bella playa de Colera. La fórmula del baño, más la inmediata posición posterior decúbito supino, y la permanente brisa marina..produjeron en mí un estado de dolce farniente como pocas veces recuerdo!. No sabía donde estaba y obvié por supuesto cualquier dimensión temporal. Sí era consciente de que estaba gozando de la situación, del momento!. apreciando el placer que me embriagaba (y juro que no estaba bajo los efectos de ningún estimulante..ni alcohol, ni drogas!!).
Bromas aparte, la situación descrita define mi momento de gloria hedonista!..el placer por el placer!. Le había prometido a Sílvia que durante el fin de semana intentaría no hacer nada, que en mi caso es hacer ya mucho!, obligándome a una disciplina represiva elevada para evitar así cualquier actividad física y mental meritoria!.
Mi segundo momento de gloria coincidió con la magia creada por el festival de fuegos artificiales que se organizaron en LLançà para cerrar las Festes del Carme (patrona de la mar, de navegantes y pescadores). Aún teniéndolo tan cerca nunca antes había disfrutado con el afamado despliegue pirotécnico que la población vecina organiza cada año. Las condiciones metereológicas nos permitieron por la noche acercarnos por mar hasta Llançà, y una vez fondeados cerca de la playa junto con otras embarcaciones, gozar desde una butaca privilegiada de un espectáculo maravilloso!.
La antigua Illa del Castellar era la plataforma perfecta desde donde se dibujó un cielo lleno de estrellas mágicas!. La imagen iluminada de las embarcaciones creó un ambiente de gran belleza. Mirar el cielo, ver la cara de inmensa felicidad de Sílvia..volvió a llenarme de placer pleno!. Una noche que se alargó hasta que sin querer miré el reloj para devolverme la dimensión humana..eran las 3 de la mañana y los fuegos habían acabado a las 12:20!!. El placer de esos momentos los viví entonces..y ya no me lo quita nadie!!.
Para el próximo año nos hemos prometido verlo con los niños!! (y no estoy intentando imaginar como será entonces..o quizás sí!!).
PS: Nueva foto más 2 vídeos insertados el 24 de julio.