Mi padre dispone de una colección de Vega Sicilias bastante amplia. Esta cantidad de botellas ha sido el fruto de su pasión por el vino y producto de una etapa en la que ejerció una actividad profesional árdua y constante en el campo industrial.
Por obligaciones profesionales, nuestra familia vivió en Valladolid durante 5 años. La primera etapa desde mi 1er año de edad hasta los 4 años. La segunda hizo que cumpliera mi 12 y 13 aniversario también en "Pucela city". Guardo muy buenos recuerdos de mi segunda etapa..de la primera tengo vaguísimos recuerdos cuando me los mencionan.
Tengo ahora casi 44 años, y empiezo a comprender aspectos relevantes de la vida.. algunos!.. que antes era incapaz de procesar. Nunca es tarde!. Como dice un buen amigo mío cuando es su aniversario.."llevo 5 años repitiendo que es el mejor año de mi vida"..y algo así me está sucediendo!.
Dice el gran Manuel Camblor en un post que debería ser de lectura obligada para todo aficionado y estudioso del vino: "Un gran vino debe evolucionar como un ser humano, adquirir complejidad, suavizar sus modales, hacerse más interesante con el paso del tiempo".
Pues bien, mi padre hace unos 5 años que apenas bebe vino. Le dije (y de vez en cuando le insisto pesadamente) que estoy dispuesto a comprar su colección de Vega Sicilias, pero siempre me dice que "no..si quieres beberlos..aquí están". Es "su colección", el legado de sus muchos años de esfuerzo en una tierra que ama profundamente, en la que ha trabajado incansablemente y en la que enraizó profesional y personalmente. La respuesta de mi padre es una de esas lecciones que uno aprende con el tiempo (seguro que volveré a preguntarle de forma mecánica y por inercia..aunque intentaré evitarlo). Estos vinos están en su casa y son (y siempre serán) sus vinos!.
Estos vinos tienen mil historias que contar, han sido el regalo de alguna persona con nombre y apellidos, o bien fueron adquiridos pensando en que serían disfrutados más adelante.
Cierto es que cuando tengo oportunidad de comer con mis padres en su casa, bajo a su bodega y selecciono alguna botella con mimo, con cuidado, siendo respetuoso de la historia que encierra cada botella. Mi padre confía en mi selección, pues sabe de mi afición al vino. Intento tratar su legado con cariño, y sobretodo con muchísimo respeto.
Unos de mis objetivos del pasado fin de semana era inventariar sus vinos. Estaba ansioso por asir en mis manos esas joyas!. Después de comer me encerré en su bodega, y me centré únicamente en la zona de los Vega Sicilias. Había traído el portátil para poder listarlos en el correspondiente excel. Los dispuse primero por tipo de vino y después por añada. Podéis imaginar que gocé como un enano!..ordenando por aquí y por allá, leyendo las etiquetas.."embotellado en el año 1979", un montón de botellas de 3er año sin añada, observando si el contenido había mermado (apenas y en poquísimos casos!),..una maravilla!. Más que por el número de botellas, lo que me fascinó fue el amplio abanico de añadas!, desde el Único de 1948 hasta el Reserva Especial de 2007 (coupage de los Únicos de 1990, 1991, y 1994).
Muchos piensan que los vinos son para beber de inmediato..quizás algunos sí lo sean..aunque irremediablemente. Otros precisan muchos años de guarda para poder desarrollarse ellos mismos..y también desarrollar y poder comprender todas las historias que llevan dentro. Parte del disfrute de un vino con historia es la propia historia que lleva consigo, su ritual, el respeto de su contenido y de la gente que por una u otra razón ha participado en él. Yo soy de los que piensan que hay vinos que se disfrutan mucho antes de ser degustados. Posiblemente algunos de los vinos que listé el pasado sábado los degustaré en el futuro..pero mientras tanto ya los estoy disfrutando!. Espero poder pasar también mi legado a mis hijos.
Como colofón al fin de semana, el domingo nos esperada una jornada de mar. Mi pareja y yo habíamos quedado con unos amigos en Ampuriabrava para salir a navegar. A pesar de que el aire es todavía algo fresco, la mar se mostrada apenas rizada, y el sol empieza ya a calentar desde hace unos días. Un cielo limpio invitaba a costear y a estrenar la temporada marinera de este año.
Salimos de Ampuriabrava sin rumbo fijo..aunque se me antojaba que Cadaqués podía ser un excelente destino. Íbamos improvisando a medida que dejábamos la costa por babor..parada en Jóncols..y llegada a Cadaqués apenas pasadas las 13h. Arribar a Cadaqués por mar siempre es un espectáculo visual!. A pesar de tenerlo muy cerca..intento no pisar Cadaqués durante los meses de Julio y Agosto. Soy alérgico a los lugares masificados..y Cadaqués lo está durante el verano. El escaso tráfico de barcas invitaba a que la parada fuera un poco más reglamentaria y dilatada que el mero fondeo ocasional. Hacía mucho tiempo que no amarraba en el muro del paseo de Cadaqués. En verano es impensable!..pero estos días primaverales y sin la vorágine estival son una delicia!. Durante el invierno la marina de Cadaqués no ofrece servicio y las boyas están desmontadas, así que previa consulta a la tripulación de una de las motoras cercanas me animé!.
Ya en tierra y tras el preceptivo aperitivo a pié de playa..optamos por esperar - sin reserva - apenas 10 minutos para conseguir mesa en Can Rafa. Rafa Martín, propietario junto con su esposa Carmen Faixó, es locuaz como pocos!. Orgulloso de su producto y de sus vinos (celler Martín Faixó)!. No era el día para analizar ni desglosar aquí el contenido de su cocina, de su producto, de su bodega..sino de disfrutar de forma hedonista de la jornada. Buen producto en todo caso (tomé unos buenos salmonetes de roca - preferibles y mejores que los que habitan en suelos arenosos y fangosos - a la plancha, tallarinas correctas también plancha, y probé la fideuá (mi pareja es adicta a ella!!) - demasiado tostada para mi gusto - y los mejillones de roca. Su garnatxa me enamoró!.
Lo dicho..un fin de semana Único!!.