Sublime!!. Pocas palabras se necesitan para explicar este vino. Y no porque se trate de un vino simple, nada más lejos de la realidad, sino porque aún cuando pueda extenderme cual tesis enológica, el resultado sería tan sólo un intento estéril por objetivar las sensaciones que ayer acontecieron en la sala de catas de Món Vínic.
Difícil tarea la de plasmar en un escrito lo que puede transmitir la botella que degustamos ayer. No obstante, quiero compartir con vosotros lo aprehendido, aquello que si bien había leído muchas veces, ayer se mostró de forma diáfana, nítida, comprehensiva.
Siempre había leído que un gran vino es aquel que tiene alma, que te transporta, en el que se detiene el tiempo. Ayer quedé atontado, abrumado!. Dicen los que saben que un gran vino tiene de todo, y de forma excelente, sin destacar en nada. Algo tan simple y a la vez tan etéreo, de tan compleja traslación, se hizo realidad ayer por la tarde-noche. Por muchas notas de cata que tomemos (y ayer posiblemente fue la vez que tomé más), hay que sentir el tacto, el cuerpo, la sensualidad de un vino, de un producto. Palparlo, hacerlo tuyo, dejarte llevar por él. Esa simbiosis que te deja sin palabras, que te hace esbozar una cómplice sonrisa, que te deja anonadado al no tener una referencia previa donde agarrarte, que te desnuda y que te convierte en huérfano de todo conocimiento, pero donde a la vez sabes que ahí está!, que es eso!..que estás aprendiendo sin saber que sabes que lo estás haciendo.
Mucho se ha escrito sobre el esnobismo que supone abrir vinos de semejante calibre. Que si todo vino por encima de "X"€ es una ofensa, una liberalidad "punible", etc. Personalmente, ayer fue mi mejor inversión organoléptica que recuerde, un curso de formación completo.
Para lo que os pueda servir, transcribo textualmente las notas que tomé durante la hora que duró el vino en mi copa: Mucha fruta roja a copa parada, nada de aromas terciarios, notas especiadas, leves notas vegetales en un principio (que se van integrando rápidamente), notas de clavo, balsámicos, vino con muchísima estructura, ciruela, elegancia sublime, un ensamblaje prodigioso (tiene de todo..muy bueno y de gran calidad!, no destaca nada..destaca su magnificencia!).
A pesar de su poderosa estructura, no le noto una acidez marcada (increíble!), si bien le quedan años de disfrute (5 @ 10 años de esplendor..que pueden ser más según me comentó después Isabelle Brunet). Algo de anisados después de 30 minutos. En boca es fresco (campos de lavanda) y cálido a la vez (añada muy cálida por lo que nos explicaron). Atonta y abruma en nariz. Ahumados, tabaco de pipa..ligera regaliz". En definitiva..un monstruo de vino!!..quieres mucho más..es un vino sensual y vicioso a la vez.
Sólo deciros que tras el reparto de las 11 copas, tras sentarnos todos y acercar la copa a la nariz, se hizo un silencio fantástico!, se palpaba que nos encontrábamos ante un vino grandioso. Nadie abrió boca hasta pasados unos 15 minutos. En ningún momento intentamos definir o adjetivar las sensaciones que nos abordaban..sólo al final, ya embriagados y felices por la emoción empezamos a intercambiar impresiones. Alguien de los presentes comentó que ya no se hacen vinos así..que todo cambió poco después en Burdeos.
Para finalizar, os dejo una nota de cata de la añada 1990, en la que se comenta de pasada el de 1989, y otras en inglés.
¿Con qué se toma este vino?..alguién comentó..este vino lo disfrutas contigo mismo, te llega al alma, "habla" contigo, no admite compañía. Como alguien comentó recientemente en un foro.."el vino más hermoso de mi vida. La redención del vino" (es el Haut Brion 1989).
Y yo estaba allí!.
Coup de coeur!!.