dijous, 14 de febrer del 2008

Los errores los paga el cliente

Le voy dando vueltas y más vueltas, y al final me decido por compartirlo aquí como medida terapéutica, para así intentar olvidar el desaguisado de ayer por la tarde.

Muchas veces nos quejamos del servicio (tan en boga en la restauración), de la atención que nos presta una ó un dependiente en una tienda, o de la voz anónima que escuchamos al otro lado de la línea telefónica (generalmente con número de teléfono oculto) pidiéndonos un montón de datos (dni, nº de cuenta bancaria, etc.) para vendernos un servicio. Por frío que parezca, cuando adquirimos un servicio o una mercancía, se realiza una contraprestación contractual (certeza en el precio, definición del objeto, y consentimiento válido..según aprendí hace años en la facultad).

Pues bien, a pesar de coincidir con los 3 elementos fundamentales para realizar la transacción, ayer por la tarde apareció uno nuevo "el precio que está a la vista DE TODOS es incorrecto".

No quiero aquí denunciar al establecimiento (importante y conocida cadena de venta de licores y bebidas alcohólicas en Barcelona, y de la que era buen cliente..no sé si seguiré siéndolo), sino únicamente exponer una situación que me pareció lamentable y cuando menos una práctica totalmente irregular. Sé que todos cometemos errores al tratar con clientes o proveedores en nuestro trabajo, pero ellos no deben asumirlos.

Resulta que ayer por la tarde entré en una de estas tiendas y pregunto si tienen vinos dulces de Hungría, a lo que me responden amablemente que no, que lo que hay está "en la esquina de la izquierda". Me acerco al estante en cuestión y desde Auslesses, TBA's, moscateles, etc. veo que también disponen de vinos de Hungría. Para mi suerte el dependiente estaba equivocado, aunque esta desinformación provoca también infortunios. Concretamente me fijé en el Disznóko Tokaji 4 Puttonyos Aszú 2001, cuyo precio indicaba 19,95€ (PVP, IVA incluido). Me parecía una buena compra por este precio, así que agarré la botella (con su precio bien definido!), y fui a la caja. Al intentar perfeccionar la transacción (sólo faltaba que yo entregara los 19,95€), el dependiente - después de estar un par de minutos consultando con el ordenador - me indica que el precio es incorrecto, y que el correcto es de 26,50€ (un 33% de error!). Evidentemente le dije que ese no era el precio que aparecía claramente en la estantería (con su nombre, referencia,..), y que la situación me parecía absurda. El dependiente insistió en que el precio era 26,50€, que el indicado en la estantería era un error, y consecuentemente no podía venderme la botella a 19,95€. Marché de la tienda sin adquirir la botella de Tokaji y contrariado.

Imaginaros que váis a un restaurante, escogéis un menú degustación de 40€ (IVA incluido) y tras la comida os pasan la factura, indicando "menú degustación 53,20€". ¿Qué haríais?. "Uy..lo siento, en la carta hay un error en el precio".

Entiendo que la respuesta correcta sería.."lleva usted razón, hay un error en el precio, pero no se preocupe, usted puede adquirir esta botella por el precio que se indica" (es decir, 19,95€), e inmediatamente se corrige el precio a la vista.

Cosas mundanas, servicios mundanos, consumidores mundanos.

6 comentaris:

Adictos a la Lujuria ha dit...

Buenos días Joan.

En nuestra revisión rutinaria por los blogs de referencia de los blogs de referencia, valga la redundancia, de Adictos a la lujuria hemos dado con tu rincón el cual nos parece interesante.

Si no te importa ponemos un enlace desde Adictos.

Un saludo

Joan ha dit...

Hola Adictos!,
Vaya, todo un honor que ma hayáis linkado. Acabo de hacer lo mismo..pues es cierto que os seguía desde hace tiempo aunque no había puesto vuestro enlace.
Saludos,
Joan

CarlosGonzalez ha dit...

Hola Joan, saludos desde Vadebacus.
Acabo de leer esta entrada, un poco tarde, pero me parece indignante. Siempre que he tenido un problema similar al que comentas me han cobrado el precio marcado en la estantería, SIEMPRE. Nuestro deber es exigir el que nos cobren lo que anuncian, y si se equivocan es SU problema y no el nuestro.
Como bien dices, qué pasaría en un resutaurante, o qué pasa con los folletos publicitarios donde anuncian a un precio? La respuesta es que la ley nos ampara y lo que se anuncia debe respetarse. Lo dice la ley. Si alguna vez me pasara y no quisieran cobrarme el precio establecido, creo que la montaría bien gorda allí, sea donde sea, hasta sería capaz de llamar a los mossos, vaya que sí.
Nosotros no engañamos a nadie, ni nos aprovechamos, son ellos los que cometen el error.
Salut
Carlos (VDB)

Joan ha dit...

Hola Carlos,
Es totalmente acertada la postura que expones, mejor aún..ES LA ACERTADA!. En mi caso no defendí mi derecho ante una publicidad totalmente engañosa, y por ello sólo expongo el caso (y con cierta vergüenza por no haber sido consecuente y llegar hasta el final). Mi postura en este caso es no acudir más a la cadena en cuestión.
Gracias por tu comentario, totalmente atinado y ejemplificador, puesto que si actuáramos todos como dices, estas situaciones posiblemente disminuirían, y ello en beneficio del consumidor.
Salut!
Joan

mindchild ha dit...

A mi me pasó hace poco en la nueva tienda del colmado quilez-la fuente en Aragó (cerca del antiguo, que todavía sigue abierto en esquina rambla catalunya) y me cobraron el precio marcado, no el del ordenador. Es lo que deberían hacer, pero no siempre es así.

Recuerdo una discusión en un supermercado en la que pedí brie y me cobraron el precio del camembert. Según ellos el queso que yo pedí era tipo camembert. No hubo forma humana, ni siquiera deletreándole que en aquél queso decía bien claro B R I E que no era camembert y que un brie no puede ser tipo camembert. Al final compré el brie a precio de camembert.

Eso

Joan ha dit...

Hola minchild,
Pues vaya, al menos en tu caso te topaste con un profesional que hizo lo correcto (en el colmado Quilez).
Sobre el caso de los quesos, es el mismo caso, y hay que exigir diligencia y conocimiento al servicio,..y sobretodo y como mínimo que se cobre el precio correcto!!.
Gracias por tu comentario.
Joan